27 de marzo de 2010

Editorial: Nostalgia por el juego perdido

El pasado fue feo. El presente también lo es.

Añoro unas cuantas cosas: Tres pases seguidos. Uno solo, pero bien dado al pie del compañero. Cambios de frente. Triangulaciones. Conceptos futbolisticos básicos como "dar la vuelta" o "hacer la tijera". Habilitar al compañero mejor ubicado. Presionar de manera correcta en el mediocampo, esto es: escalonadamente, de manera que si superan a un compañero, se encuentren automáticamente con el siguiente. Hacer bien un contragolpe, esto es: en superioridad o igualdad numérica, tocar a los costados, trasladar lo menos posible, jugar con los espacios y el compañero mas desmarcado. Poner en cancha lo mejor, lo mas agresivo, jugadores que no pierdan pelotas, que toquen y roten, que piensen con la pelota en los pies y no miren el numero de la camiseta del contrario, que se muestren y pidan la pelota, seguros de lo que van a hacer con ella cuando la tengan, que sean generosos con el compañero que la pide cuando está solo, que rematen al arco, que sepan como se juega, que no simulen faltas para perder la pelota cerca del área, que traben con fuerza cada pelota disputada en campo propio. Que cada partido valga tres puntos, el bienestar y la vida, y no que un solo partido defina la suerte del torneo.
Extraño cada una de esas cosas.
Luego de enumerar la enorme cantidad de falencias de nuestro equipo, puedo ponerle nombre propio a los errores, podemos hablar de agentes externos que influyan. Pero esos nombres propios fueron rotando (excepto claro el DT, ayudantes y Manager) y los errores se siguen sucediendo.
La imagen que describió Bermúdez en la semana de un equipo "fuerte, con personalidad" se desdibuja fecha a fecha porque faltan los argumentos básicos para sostenerlos: ideas futbolísticas, mas diez jugadores aptos que las pongan en práctica. La entereza y la firmeza en el campo se hacen difíciles de sostener cuando no tenes mayores recursos, que pudieran vulnerar o al menos dificultar la tarea del equipo rival. Y mas complicado aún es si solo tenemos jugadores aptos, pero que terminan el partido sentados en el banco, o sin siquiera haber concentrado. La falta de gol hoy queda de lado, al lado de la falta de creación de jugadas, la falta de reacción, la falta de viveza para saber obtener el mayor rédito a cualquier jugada.
Las cualidades que se señalaron como virtudes de este equipo durante el torneo pasado, las hemos vuelto a perder, para volver a ser un equipo de 21 puntos por torneo, indolente, inocuo, anodino, inocente, inofensivo, casi inerte. Eso no lo extrañé, así como no extraño a Cejas (ambos), Peralta, Perez, o así como tampoco extraño a incorporaciones lúgubres provenientes del equipo de Parque Patricios.

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