6 de octubre de 2010

La fiesta de todos

Al parecer el veedor de la CONMEBOL se ausentó esta noche de venir al Coloso Marcelo Bielsa. Digo al parecer, porque lo seguro es que no solo hubo un cuasi nulo control policial, sino que las entradas de protocolo para entrar a la Visera estaban a la orden del minuto. Uno se siente un pelotudo yendo a pagar religiosamente la entradita y la cuotita mientras ve como otros gozan el beneficio de poder pasar tranquilamente a ocupar su butaca, nada mas que por conocer a X persona (bah, en realidad todos conocemos qué persona es, porque es cónyugue del dirigente Y) o por haberla tratado, tal como sucedía en gestiones anteriores. No importa que no entre dinero al club (si importa, pero no es taan grave, ya que estas ganancias no estaban contempladas en el presupuesto), pero si importa que no sea igual para todos, o al menos sea un poco mas comunitario (como por ejemplo, repartir las entradas en los barrios carenciados y marginales).
Lo demás, todo perfecto, la voz del estadio se escuchó, el partido fué un trámite, el gordo la rompió, Mateo se desplegó, Schiavi metió un gol al ángulo, Alayes tiraba tacos, Vella y Borghello fueron los mismos horribles de siempre, Estigarribia siguió creciendo en su nivel y los reemplazantes entraron faltando muy poco, castigados por no marcar, hacerle mal de ojo al senso e irse de parranda en cuanta noche tienen libre (esto último no estaría 100% confirmado, excepto si hablamos de la pulga claro).

3 comentarios:

sacirpanti dijo...

tranquilo paaa. esto pasa en todos los clubes. yo alguna vez entre con las de protocolo! jaja NEWELLS CARAJOOOO!!

Lopez dijo...

estaba hasta las pelotas la visera

Anónimo dijo...

una vez carlos del frade, mucho más Leproso que muchos de los que entran acá (?) decía que mientras algunos criticaban al HDRMP de Lope$, por otro lado gustarían de tener el poder que aquel tenía para gozar de las mieles del éxito (?) aún a costa de cualquier cosa. Bue, quiero decir que acá pasa lo mismo, si hay entradas gratis así sea para ver a los teletubis, la gente se prende, se hace la real pelotuda y si es necesario demuestra un fanatismo que nunca tuvo ni tendrá. Es así el argentino