Como le gusta el baile, al hijo de cuca
El miercoles vivimos el partido de ida de una de esas series inolvidables de Copa Libertadores, contra un equipo brasilero de los buenos.
Todo comenzó el Lunes, cuando los oriundos de minas gerais poblaron las calles del centro de la ciudad, pero se mostraron bastante amistosos, a diferencia de como suelen ser los soretes de Sao Paulo o Rio, aunque tomando la asquerosa Quilmes porque es mejor que las cervezas de ellos. Pobres. Extrañó tambien lo bien que fueron tratados los brasileros en nuestra ciudad, aunque la atmósfera Libertadores se palpaba ya mucho antes del partido. La expectativa de la gente se traslado al campo, el Coloso hizo temblar a toda la ciudad.
El DT de ellos -el papá biológico de Orzan-, desde luego no come vidrio y vino a cuidarse -siempre dentro de los parametros de un partido al mas alto nivel internacional, esto es, presion en toda la cancha, no mas de un segundo dura la pelota en tus pies, pelotas paradas elaboradas y ensayadas, etc-, puso a los mas rápidos para presionar los costados y que Newell's no pueda prevalecer por ahi, y si no se puede jugar, bochazo a Jo, un ropero de casi dos metros y muy sólido físicamente.
La lepra jugó uno de los mejores partidos que se le hayan visto, con el formato habitual de los laterales sumandose al ataque, los internos corriendo toda la cancha para recibir, descargar en seguida y volver a rotar, superando lineas con paredes, cambios de frente y triangulaciones, y los delanteros anticipándose a los zagueros e intentando ganarles las espaldas cuando pudieran, pero ademas con actuaciones individuales imperiales, como la del gran POMELO mateo, que se comió a Jar Jar Binks en dos panes y sin mostaza. El Coloso -a reventar- vivó a nuestro héroe por su actuación descomunal cortando siempre el juego y dándola redonda. Canonización urgente, Pancho. Otro que también demostró mucha enjundia para marcar fue Perez, con los resultados consabidos -amarilla pelotuda, se pierde el partido de vuelta-.
O melhor jogador do mundo, o nosso salvador
Logrado reducir el Atlético MG a su mínima expresión -dos intervenciones de dinho que fueron dos llegadas en todo el partido-, faltaba dominar y sacar diferencias, aspecto donde costaba mucho mas debido a la predisposición de los visitantes a correr y marcar. Sin embargo se generaron 7 u 8 opciones de gol, llegando a concretarse dos de pelota parada gracias a los dos grandes monstruos del futbol sudamericano en faz ofensiva de este semestre, Maxi Rodriguez, que obligó permanentemente a una marca escalonada de dos o tres rivales para ver si así podían frenarlo, y Scocco, que -¿dejó atras su faceta en declive?- metió un tiro libre desde 30 metros con una comba propia de supercampeones.
En lo sucesivo, videojuego que no cuente con el ágil y peligroso Guzman, el veloz y punzante Casco y los magistrales Rodriguez y Scocco, será descartado -por puto y cagón-.
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