11 de octubre de 2013

Hermanados por el futbol


aquel indio furibundo lanzó un terrible alarido que retumbó como un ruido si se sacudiera el mundo.

Ayer pasaron en nuestra ciudad dos hechos que no hay que dejar pasar. Por quienes fueron los que participaron. Por su rol comprometido con la sociedad. Por el mensaje que dieron.

El primero, jugadores del plantel profesional de Newell's y Central (y tambien algunos ex jugadores) fueron a jugar un picado organizado por el Centro Comunitario Comunidad Rebelde, desmitificando y desestigmatizando un poco a la gente de la Villa Banana, que combate día a día contra el negocio de la violencia y el narcotráfico, ademas de las dificultades económicas. No solo fue una tarde de jolgorio y camaradería sino que el público se comportó muy bien y demostró todo el tiempo su afecto a los jugadores que los apasionan todos los fines de semana.

El segundo, una charla excelente en la facultad de psicología organizada por la agrupacion La Masotta, e impulsada por el gran Kurt Lutman, siempre al pie del cañon a la hora de participar en actividades por los derechos humanos o para ayudar a los que menos tienen, a donde tambien fueron el Paton Guzman, Guillermo Formica y el chiri Colusso.

El mensaje

¿Por que se hacen estas actividades? Justo en el día que se cumplieron 4 años de la sanción de la Ley de Medios, es importante resaltar que existe otra mirada dentro de lo complejo que es el futbol. Desde los medios masivos de comunicación, permanentemente se exaltan cuestiones que tienen que ver mucho mas con el negocio del futbol, que con los valores implícitos en el espíritu del reglamento del deporte, y esas cuestiones que nos divierten y hacen tan atractivo en sí al futbol, la esencia del juego.

Es a partir de allí que surgen muchas preguntas, a las cuales se les intentó encontrar una respuesta en un debate interesante: ¿Por que un jugador debe estar apartado del resto de la sociedad, y limitarse a cumplir en una cancha de futbol? ¿Que pasa cuando se termina la carrera de un jugador de divisiones inferiores? ¿El jugador que no llega a jugar en primera es un fracasado? ¿Cuando se perdió el respeto por los colegas? ¿Es acaso el rival alguien al que tengo que matar, solo porque defiende los colores de otro club? ¿Quien manda ese mensaje violento? ¿A quienes les conviene que esto suceda? ¿Se estigmatiza a los hinchas que estan atras del arco? ¿Quienes ganan dinero y quienes no? ¿Como y desde que lugar se puede empezar a revertir?

Quizas la forma de revertir todo este proceso iniciado en los 90s sea desde abajo para arriba, con la réplica del compromiso de estos jugadores, que se empiece a transmitir , primero entre ellos mismos, y luego a toda la sociedad y a todos los actores que participan del futbol. No es una conclusión definitiva y la solución está lejos de ser alcanzada, pero el camino ya empezó a desandarse.

Nos conmovemos. Nos comprometemos a continuar esta senda. Y estamos orgullosos también. Gracias.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias.

Anónimo dijo...

Una joya